El comportamiento ético irrenunciable, compartido por todos y cada uno de los integrantes, hombres y mujeres, de nuestra institución, se define por los siguientes principios y valores:
EL ECUMENISMO. Como afirmación de la voluntad de Dios, entendida como la difusión del reino de Dios en la tierra desde una expresión práctica de contribución al desarrollo de la gente. Implica sensibilidad intercultural y de género, capacidad de diálogo y concertación, encontrarse entre personas con diferentes opciones de fe, diversos grupos sociales y culturales. Es una perspectiva de vida institucional, de respeto hacia las diversas opciones: eclesiásticas, religiosas, culturales e ideológicas, buscando la unidad de esfuerzos en beneficio de los sectores sociales marginados; sobre un compromiso cristiano impulsamos el desarrollo de capacidades locales y la construcción colectiva de una sociedad con valores de justicia y equidad; nuestras acciones están orientadas a la búsqueda de la igualdad de oportunidades, defensa de la vida plena como don de Dios, el respeto por la persona y sus derechos como hijos e hijas de Dios.
LA EQUIDAD practicada en todo momento, tanto en nuestra organización como en el entorno.
LA SOLIDARIDAD practicada sin distinción alguna a escala individual y social, reafirma nuestro principio de servicio al prójimo, justicia, bien común y de ejercer una vida digna.
LA HONESTIDAD ejercida en cada elemento de la gestión, facilitando la transparencia y accesibilidad a la información, claridad y rendición de cuentas.
RESPONSABILIDAD en la acción y consecuencia entre el discurso y la práctica.
La práctica del LIDERAZGO a partir de la PROACTIVIDAD y solvencia técnica.
LA INNOVACIÓN constante desde una perspectiva de apertura al aprendizaje y la búsqueda de nuevos caminos en la acción.